Por Efraín Bucler
Todas las veces que quisimos llevar adelante un proyecto y chocamos contra grandes obstáculos terminamos pensando que fue un error encararlo. Pero no. A veces solo es cuestión de seguir con tenacidad. Seguir a pesar que los demás abandonen o conjuren en contra. Se trata de la salud, no puedo callar como otras veces. Pienso en las personas que quedaron en el camino y por delante veo todo con preocupación.
No encuentro cómo matizar la hipocresía que rodea las decisiones de los gobiernos y las actitudes de la gente común y de a pie, gente que se arriesga en silencio, como si lo que nos esperara fuera una salida airosa, como si el camino a la nueva normalidad estuviera rodeado de flores. A pesar de tantos esfuerzos y del ánimo de mis afectos, no puedo encarar los días que siguen como si la prosperidad esté a la vuelta de la esquina.
Lo que necesito es aferrarme a lo clásico, a lo establecido, a la gente y los sentimientos estables para perseverar. Aunque a veces, como en alguna canción de las bandas que escucho, me deje llevar por el pesimismo.