<span style='font-size:28px;'>Entrega XXXI</span><br> Diario de la Pandemia (Fase Escalonada/Intermitente Bis)

Entrega XXXI
Diario de la Pandemia (Fase Escalonada/Intermitente Bis)

Por Efraín Bucler

Día 162 – Lunes 24 de agosto

Salgo de casa con un poco de optimismo. Debe ser que ya estarán por pasar los peores momentos de la pandemia. Ahora, por más que los casos hayan llegado a los cinco mil en el fin de semana, seguro viene la curva descendente.

En el trabajo, Adrián nos cuenta que le llegaron unos archivos con las normativas para manejarse como “Responsable Sub-Operativo de Implementación para Incidencias por Covid-19”, lo que nos traduce como “Ayudante” del doctor Pelha. Me animo a contar lo del picado de futbol de mis vecinos y cada uno tiene una historia similar: gente tomando mate en las plazas, compartiendo un asado con la familia, joda de amigos el sábado por la noche. “Aquí y allá la cuarentena se quebró, poco a poco se fue quebrando”, dice Adrián.

Escucho: “Poco a poco” de Adicta.

Día 163 – Martes 25 de agosto

Estoy empezando a desayunar y me llega un mensaje: “Hola, soy Laura, la esposa de Luis. Quería avisarte que se lo llevaron a la clínica Espora, en Lomas creo. No me dejan verlo. Me dijeron que por teléfono me van a dar el parte. Estaba re mal cuando lo subieron a la ambulancia. No podía hablar dos palabras que ya se agitaba.”

Le contesto que voy a tratar de averiguar cómo está, que va a ser difícil pero algo podemos hacer. Conozco gente del gremio y una mano nos van a poder dar. Que me dé un rato, una hora o dos, para poder hacer los llamados y todo eso.

Dejo el celular sobre la mesa y agarro la vieja agenda que descansa hace años bajo el teléfono de línea. Llamo a Gabriel: “hola, soy Efraín Bucler… Te llamo por un amigo que fue trasladado para la clínica donde trabajas…”

Escucho: “Take me to the hospital” de The Prodigy.

Día 164 – Miércoles 26 de agosto

Hace frio y tengo un poco de sueño. Trato de llevarme mejor con los canales de televisión pero no puedo. Todo el tiempo el morbo de contar casos, las cámaras en la salida de la estación de trenes de Constitución preguntándole si siente o si tiene miedo la gente que va a trabajar.

La cantidad de contagios nos tiene un poco preocupados y en el grupo de WhatsApp de delegados circulan comentarios e informaciones de todo tipo. Durante la mañana pasamos de un nuevo cierre de actividades de la cuarentena intermitente de la provincia de Buenos Aires y confinamiento restricto, a la posible apertura escalonada del Gobierno de la Ciudad. Y la gente yendo de aquí para allá tratando de seguir el ritmo al margen de las internas. Pero en realidad nos tienen pateando de acá para allá. Como en esa canción donde el tipo caminaba seis meses hasta llegar a un lugar y otros seis en volver.

Escucho: “Ixtepec” de Café Tacuva.

Día 165 – Jueves 27 de agosto

Vuelvo a trabajar por una autopista más cargada que de costumbre. La cantidad de autos va creciendo cada vez más. Todavía no están esas hileras interminables en los peajes, pero no falta tanto.

Prendo la radio para ver que me espera en el trabajo. Nuevo record, más de diez mil contagios confirmados. Me sorprende tremenda cantidad. Llego al trabajo y en el triage todo aparenta normal.

En el Taller nos ponemos a charlar sobre las posibles medidas del gobierno de la Ciudad y el Viejo se embronca porque los rumores dicen que se van a seguir abriendo las actividades: “si el gobierno piensa seguir abriendo, con diez mil infectados, yo digo que nos vayamos a casa y que se curen solos, que los aparatos los arregle el Jefe de Gobierno y que los respiradores los manejen los periodistas que piden libertad. Acá lo que hace falta es, es…”

Se enoja y le digo que tiene razón, pero tampoco uno elige contagiarse. Y que mejor si vamos revisando los cables del resonador ese que está esperando en la mesa de trabajo. Me mira fuerte, sin parpadear los ojos. Respira hondo y me dice que vamos. Y me confiesa lo que iba a decir: que acá lo que hace falta es que empiecen a rodar cabezas.

Escucho: “Heads will roll” de Yeah Yeah Yeahs.

Día 166 – Viernes 28 de agosto

Llego sobre la hora y con el tanque de nafta casi vacío. Cada vez que llego a estos días del mes me lamento no haberle puesto GNC. Pero bueno, ya estoy en mi destino. Mientras tomo mi café mando un mensaje para ver cómo está mi amigo Luis. Por suerte lo llevaron a sala común, así que, si nada se complica, en unos días vuelve a su casa. 

Les aviso a mis compañeros que llegó un pedido desde la Maternidad Sardá para reparar dos balanzas electrónicas pero las tenemos que reparar allá porque tienen todos las herramientas y repuestos. Jorgito dice que entonces la reparen ellos, pero le explico que la semana pasada  se les prendió fuego el taller de electromedicina. Silencio de radio por varios segundos y me levanto: vamos, les digo.

Escucho: “Fuego”, de El Mató a un Policía Motorizado.

Día 167 – Sábado 29 de agosto

Ya están las cartas sobre la mesa, pienso. A la posibilidad de cuidar un poco la salud de la mayoría, el gobierno responde con más aperturas en la Ciudad y manteniendo lo que ya está abierto en la provincia. Nada del famoso botón rojo que haga volver a Fase I.

Los detalles y las conferencias de prensa las dejo de lado, hace tiempo que no miro en los medios lo que está permitido y lo que no. Debe ser una desviación que me quedó de mi época de militancia universitaria. Salud, economía, virus, hambre. Lo cierto es que las cosas son como son, y no de otra manera. Aunque siempre está la tentación de pensar que se pueden cambiar.

Escucho: “Temptation” de New Order.

Día 168 – Domingo 30 de agosto

Sol en el cielo y frio en la tierra. Por suerte no hay viento y sentado en el patio los mates tienen un sabor especial. Me acuerdo que es el cumpleaños de Gastón, uno de los amigos que me quedó del secundario. Lo saludo por WhatsApp y conversamos durante unos minutos. Le cuento cómo es esto de trabajar en plena pandemia entrando y saliendo de hospitales en la ciudad con más contagios por personas del país.

Él me cuenta cómo le va en su panadería y qué se siente llegar a los cuarenta años. Le digo que eso ya lo conozco y le envío una canción de bienvenida.

Escucho: “Vigilantes del espejo” de Triángulo de Amor Bizarro.

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