Reexistiendo en Abya Yala

Reexistiendo en Abya Yala

Por Vero Diz y Leo Rodríguez

Ya desde su título, Reexistiendo en Abya Yala proyecta una re conceptualización de la noción tradicional de la izquierda que hace un llamado a la resistencia. Pretendiendo ir un paso más allá, este trabajo, coordinado por las economistas feministas Cristina Carrasco y Natalia Quiroga Díaz, se llama Reexistiendo en lugar de “resistiendo” pues ésta apela a soportar, aguantar u oponerse a una situación o a un sistema, a ser en función del otro. En su lugar, Reexistencia reafirma el deseo de cambiar de paradigma, y no el de meramente reformarlo.

En marzo de 2020 la Editorial Madreselva tenía el proyecto de publicar un tercer volumen de la colección de libros sobre Economía Feminista, esta vez desde el sur global, desde el continente americano, para rescatar y amplificar las experiencias organizativas y de producción académica que son de larga data en la región. Sobre todo, teniendo en cuenta los procesos de revueltas populares que comenzaron en el 2019 en Ecuador y en Chile en donde la presencia del feminismo era insoslayable. Sin embargo, cuando emergió la pandemia, por unos meses todo pareció suspendido.

La pretensión no era hacer un libro meramente coyuntural, pero ya no se podía hablar de economía feminista haciendo de cuenta que la pandemia no existía porque, como anuncia el título del artículo con el que colaboró Corina Rodríguez Enríquez, se trataba de una profecía autocumplida que la economía feminista venía anunciando desde hacía rato: ¿puede ser la pandemia un punto de inflexión para construir otra economía?

Como resultado, los diversos artículos escritos para Reexistiendo en Abya Yala confirmaron la efectividad y la vigencia de años de organización y formación feminista en todo el territorio.

Más allá de las particularidades de cada país, los textos relevan que, en todas las experiencias hubo organización territorial, en unos territorios que, en la mayoría de los casos, están en disputa o, más bien, en guerra declarada por el extractivismo feroz. 

Tal como lo cuentan Nalú Faría, Miriam Nobre y Tica Moreno de Brasil, en donde la asociación con diversos movimientos sociales y años de organización en torno a la soberanía alimentaria lograron resolver la emergencia de la distribución de alimentos de calidad y de elementos de higiene. Andrea Sato, desde Chile devela que la experiencia que se venía dando desde el estallido social de octubre de 2019 en formato de cabildos abiertos y asambleas territoriales a un nivel masivo y que luego desembocó en el proceso constituyente, también tuvo una impronta claramente feminista que, tal vez se pueda constatar hoy, con los resultados electorales en la mano, en la altísima participación de mujeres como candidatas para escribir una nueva constitución allende la cordillera.

Tita Torres de Mesoamericanas en Resistencia por una vida digna, afirma que la organización fue un protector del impacto y una estrategia de autocuidado y cuidado mutuo. En este sentido, hay una continuidad de este concepto en la experiencia de la Asamblea de Trabajadorxs en tiempo de pandemia, que describe Vivi Norman desde Argentina. La Asamblea de se dio en modo virtual, algo de lo que todas estaban hartas. Sin embargo, la rápida organización como asamblea permitió los cuidados y la reorganización para seguir resistiendo y reexistiendo pese al confinamiento.

En Ecuador, Mesoamérica y Brasil es donde se resalta la importancia del rescate de las cosmovisiones de los pueblos originarios, de prácticas agrícolas y de soberanía alimentaria en donde, como mencionan Ana Morales y Ana Castillo para los casos de Ecuador y Guatemala respectivamente, es esencial la recuperación de la producción campesina de alimentos. Una situación crítica y muy particular en torno a la tensión en los territorios-cuerpos es la que plantea el trabajo de Kelly Peña sobre la comunidad Nukak de la amazonia colombiana. Esta comunidad que vivía en situación de semi aislamiento a causa de la circulación de Covid se vio trasladada por el Estado colombiano y, en poco tiempo, el contacto con el mundo de blancos se tradujo en la toma de los cuerpos de las niñas para la violencia sexual y el de los hombres como mano de obra de las fincas cocaleras.

Por otra parte, el artículo de Lisseth Perez y Amaranta Cornejo de México, dan cuenta de cómo la productividad científica no paró con la pandemia y cómo el teletrabajo impone unos tiempos infinitos que se superponen con las tareas de reproducción de la vida y que dejan marcas en los cuerpos, tal como coincide el diagnóstico de la Asamblea de trabajadoras en tiempo de pandemia.  

El artículo escrito por Kruskaya Hidalgo, Belén Valencia y Flora Partenio, da cuenta de la huelga de repartidorxs durante el confinamiento más duro, donde ellxs fueron esenciales en la urbanidad -como lo menciona el artículo de Brasil: quienes pedaleaban llevando comida en sus espaldas con los estómagos vacíos- pero estaban totalmente precarizados frente a la acumulación feroz de las empresas que controla estas aplicaciones a través de las plataformas. 

Este trabajo se pone en diálogo con los movimientos sociales, con eje en el cuerpo, los territorios y el tiempo, porque es desde allí que reflexiona y la emergencia de la pandemia mostró que era un camino posible.

Cualquier proceso de transformación será de larga duración y para su construcción es necesaria la interacción de micro resistencias en territorios concretos pero organizados y articulados con otros, mantener los diálogos con la economía social, la ecología, la soberanía alimentaria, la educación popular. No abandonar, sino más bien profundizar, los espacios de formación teórica y vital, porque es la propia experiencia de empezar a encarnar las vidas que se desea vivir lo que propone Reexistiendo en Abya Yala.

Ficha técnica:

Reexistiendo en Abya Yala. Desafíos de la economía feminista en tiempo de pandemias.
Cristina Carrasco Bengoa y Natalia Quiroga Díaz.
• ISBN 978-987-3861-49-9
• 256 páginas
• Madreselva Editorial, Buenos Aires, 2020
info@editorialmadreselva.com.ar

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