En plena pandemia a Leo Rodríguez se le ocurrió hacer oir de alguna manera las voces de quienes sufren el despojo, saqueo y corrupción de la vida. El resultado: sesenta ediciones de un programa radial clave para entender la contracultura latinoamericana
Por Martin Silva
En un momento de la cuarentena, cuando el Aislamiento Social no permitía prácticamente ninguna actividad colectiva, Leo Rodríguez montó Good Morning Vietnam, un programa de radio que abordaba en una hora temáticas esenciales para la vida humana: la lucha por la tierra, la defensa de los recursos naturales, los derechos humanos, la visión feminista de los procesos sociales, una economía autogestiva, y un extenso etc. Asuntos estratégicos que recorren desde siempre toda la superficie de América Latina, traducidos y adaptados a la actualidad metropolitana y suburbana que nos alberga.
Antecedentes
Con un pasado en la militancia política y gestor de incontables iniciativas contraculturales, Leo Rodríguez logró con la aparición de la revista Juventud Perdida, a mediados de los ’90, crear una referencia que con solo nueve ediciones trascendió las fronteras espacio temporales. Uno de sus números icónicos llevaba portada y reportaje al entonces cantante de la banda vasca Negu Gorriak, Fermín Muguruza: “esa fue la etapa cuando el cometa llega a su máxima velocidad y está por desintegrarse…y después se desintegró, obviamente”.
La Linterna: Para dimensionar su importancia, hay que mencionar que aun cerca del final, aquella edición de la revista tuvo en tiraje de tres mil ejemplares.
Leo Rodríguez: Desapareció como proyecto porque éramos un bardo, desorganización absoluta. Y malas decisiones. Ya no teníamos control de las revistas, se la entregamos a una distribuidora que la dejo morir porque no era un proyecto sostenible en el tiempo, formaba parte del paquete que distribuía y nada más. Con lo que quedó de remanentes se fue haciendo ese circuito mano a mano.
Good Morning Vietnam
El momento que está atravesando en la actualidad la revista como formato es particularmente difícil, porque es casi un objeto en extinción. Solo algunas se sostienen y por la pauta publicitaria ligadas a los gobiernos y las empresas contratistas: “es un elemento que dejo de tener la presencia y la importancia que tenía”.
LL: ¿Por eso te inclinaste a hacer radio?
LR: Creo que sí, porque además la revista al ser papel impreso implica que tiene que haber una inversión de dinero. En cambio la radio es gratis. Es gratis porque el programa que me bajé de edición es gratuito, más allá del costo de tener internet, y es gratuito también escuchar radio.
LL: ¿Y cómo se te ocurrió hacer un programa de radio de una hora?
LR: Por el encierro, por el ASPO. Comencé haciendo una serie de diez audios donde autoras de Editorial Madreselva contaban cómo estaban viviendo la pandemia. Y le pasé el material a Guillermo Ueno, que estaba lanzando Alter Sapucai Radio. Entonces me propuso que hiciera algo más largo, y me decidí a hacer el programa.

El proyecto de micro se trasformó en macro: el nombre de Good Morning Vietnam se repitió cada sábado a las 11hs durante sesenta semanas online. Aquella voz inconforme de Adrian Cronauer (interpretada por Robin Williams para el film de Barry Levinson), que fue pensada para entretener las tropas mientras intentaban detener la inevitable derrota norteamericana inspiró la creación de un proyecto local que combinó lucha social, política y cultural desde los márgenes de todo el continente.
LL: ¿Te parecía que hacía falta el medio y que el mensaje ya estaba dando vueltas o tuviste que crear algo nuevo?
LR: A mí me gusta la radio. Cada vez que alguien me invita, voy contento. Estuve en varias radios online y radios barriales. A veces es altanero decirlo, pero siempre que se hace radio, hay que tener algo para decir.
LL: ¿Qué te propusiste al hacer GMV?
LR: Yo quería que tuviera producción y calidad. A veces tenía más, otras menos. La mayoría tiene que ser promotor de sí mismo. Hay pocas plataformas que te dan todo servido para ubicar tu trabajo.
LL: ¿Cómo hacías para elegir los temas que abordabas, que además fueron muchos?
LR: Tuve suerte. Era cuestión de estar alerta, tener las ventanas abiertas para ver qué pasa en la calle. Como estuvimos trabajando en la edición de libros durante la pandemia, algunos temas surgían de allí. Entonces, las propias autoras me vinculaban con otras personas que colaboraban. Y después había vivos de Instagram que me parecían muy copados y sacaba los audios de allí, a veces ni siquiera necesitaba entrevistarlos. Podcast como los que hacían Nico Cuello y Laura Contreras; con Contrahegemonía Web también tuvimos intercambios. Era como una banda que invita músicos a tocar.
Lo que Leo Rodríguez no dice es que a ese nivel de convocatoria se llega luego de tener un nombre propio y una trayectoria que lo sostenga. Algunos de los programas que se pueden escuchar por Spotify dan cuenta de ello. La lista de personas invitadas que participaron en Good Morning Vietnam superan las cien. Lo que habla de la calidad de un trabajo envidiable para cualquier emisora, del éter u online.
LR: Un día en Radio Trilce hacen una convocatoria y yo envié unos programas que habían salido. Ellos decidieron emitir el programa todos los lunes y, a pesar de ser una radio que cobra los espacios, a mí no me lo cobraban. Eso fue un reconocimiento que no esperaba.
LL: Más allá de los formatos y plataformas, ¿cómo vez la actualidad del periodismo?
LR: Hay una necesidad de encontrar la novedad y no sé si hay novedades todo el tiempo. También pasa con un programa de radio o con lo que fuere. Escucho mucha radio y programas informativos, y lo que encuentro es un ejercicio desesperante por contar la misma historia todos los días cambiándole un poquito el ángulo, modificando un poquito lo que dijeron para presentarte una novedad…¡y hace dos años que están hablando de Covid!. Pero, como decía Luca Prodan, nada te ata a leer la novedad.
LL: ¿Qué cosas del programa te sorprendieron?
LR: Varias cosas. Poder tener la voz de una compañera integrante de la agrupación Rosa Negra, que lucha contra la discriminación racista en EE.UU. y que nos mostró lo que es el trumpismo desde una visión libertaria. Me gustó mucho haber conocido a Carolina Noales, militante de la organización 8M de Chile y candidata a la constituyente. Me gustaba mucho que el lenguaje fuera todo el programa, no solo las voces y audios, sino la música de fondo, los inserts y efectos sonoros.
LL: ¿Con qué herramientas y recursos podes hacer un programa de radio?
LR: Con nada. Yo lo hice con el celular y una computadora. Me bajé el programa editor de audio Grabadora de Voz y eso me permitía editar los audios que grababa y los que pasaban por WhatsApp. Y enviaba el archivo MP3. El único tema de la radio online es que tiene un mínimo de oyentes para que no te lo saquen del aire. Todo lo demás es tener internet.
Madreselva
La Editorial Madreselva es un proyecto que Leo Rodriguez mantiene junto a Verónica Diz y María Luisa Peralta desde 2007. Un catálogo envidiable de autoras y autores que tratan de manera profunda y con una visión latinoamericana las cuestiones de género, económicas, sociales, políticas y culturales. Muchos de esos libros son reseñados por el propio Leo para La Linterna Noticias.
La colección de Música tiene en “Hazlo tu mismx” (de Andrea Florencia Leal y Carlos Sanabria) y “Una excursión a los mapunkies” (de Agustina Paz Frontera) pequeños grandes éxitos. Aunque también cuenta con varios Best sellers como “Nadie viene sin un mundo” (varies autores) que va por la cuarta edición; “Por qué volvías cada verano” de Belén López Peiró; “Cuerpos sin patrones”, de Laura Contrera y Nicolás Cuello; “Ética Tortillera”, de Virginia Cano “La cenicienta que no quería comer perdices”, de Miryam Cameros Sierra y Nunila López Salamero y otros tantos títulos.
LL: ¿Qué diferencia encontrás con la revista Juventud Perdida y la editorial Madreselva?
LR: Es todo lo contrario, es un proyecto que va de a poquito, súper cuidado y vigilado.
LL: ¿…y en cuanto a las temáticas?
LR: Y las mismas. La inconformidad con el mundo que nos tocó vivir y después puntas que uno tira de lo que cree que son maneras alternativas de pasar por este valle de lágrimas. Quizás sea otro formato, otro discurso y otros compañeros de ruta pero es el mismo bondi.
La Editorial fue pensada en principio como parte de un proyecto político, la O.S.L. de Buenos Aires: uno de los tantos intentos del Socialismo Libertario por ponerse de pie para enfrentar al neoliberalismo. Luego el trio hizo que el proyecto cultural trascendiera a la organización.
LR: La permanencia se dio, cuando empezamos no sabíamos cuánto tiempo iba a durar ni que rumbo iba a tener.
LL: ¿Es necesario una estructura económica importante para montar y sostener una editorial?
LR: Si, hay dos maneras de utilizarlo. Dinero para generar el proyecto directamente o un trabajo que permita mantenerte mientras se toma el proyecto como un hobby.