Budapest

Budapest: atravesar el umbral sonoro

Con una década de recorrido, un primer disco que condensa su imaginario oscuro y una estética sonora precisa, Budapest emerge como referente de la escena post-punk actual. Entre la reciente Live Session que captura su pulso más íntimo y la expectativa por su próximo show junto a los estadounidenses Twin Tribes, el grupo afianza un lenguaje propio donde cada canción abre una puerta que nunca termina de revelarse.

Por Caro Figueredo


Hay músicas que no se escuchan: se atraviesan. Más que un espacio concreto, se corporizan en un ambiguo umbral donde todo es posible porque nada está del todo definido. Kafka sabía que el verdadero acontecimiento sucede en el límite de una puerta que nunca termina de abrirse; Dostoievski, en el temblor de una conciencia a punto de quebrarse. Mucho después, grandes filósofos pensarían esos bordes como una zona de pasaje entre intensidades, o verían en sus grietas el lugar cálido donde las imágenes respiran antes de nacer.

La banda que nos convoca vive en ese mismo territorio de complejidad, el del umbral que implica la música gótica. Se trata de un sonido que ubicamos a principios de la década de 1980 y que se reactiva en la actualidad. En Budapest, se encarna con voces que llegan como sombras de una habitación contigua y rozan la piel, guitarras que se expanden como bruma encendida y bajos que laten con la gravedad de un corazón que duda entre dos latidos…

Budapest no es otra banda dentro del firmamento gótico. Por el contrario, es un cuerpo vivo que ha aprendido a moverse entre sombras con la serenidad de quien conoce cada pliegue del laberinto. Diez años de recorrido le han dado una presencia que irradia atención. Su estética —pacientemente trabajada en imágenes, texturas y resonancias— funciona como un territorio reconocible. Entre lo visual y lo sonoro, Budapest despliega una sensibilidad que invita a perderse. Escucharlos, como la experiencia de atravesar un umbral, es entrar en un corredor de espejos que hipnotiza y devuelve al oyente un reflejo levemente distinto de sí mismo.

Formados hace diez años, y con participaciones en compilados del género alrededor del mundo, recién en 2023 lanzaron su primer larga duración, Las frases que callamos. Consiste en un trabajo que exhala profesionalismo, contundencia. Emiliano Montenegro en voz y teclados, Cristian Altamirano en bajo, Matías De Oz en batería y Fabián Mendoza en guitarra, presentan un sonido propio, más allá de las claras referencias a las que rinden homenaje. 

Emiliano conversó con La Linterna Web acerca de la propuesta del grupo de Monte Grande, zona sur del AMBA. En particular, sobre ese primer disco, nos dice: “Nos tomamos un tiempo para pulir bien los temas. Apenas arrancamos habíamos hecho unas maquetas pero no nos convencían del todo porque todavía no habíamos encontrado la fórmula, por así decirlo, que utilizamos hoy en día para componer. Además, una mezcla entre ocupaciones, tiempo disponible, dinero para grabar fue postergando el primer disco. Y la verdad es que salió cuando tuvo que salir y estamos contentos”. 

Imaginemos la siguiente figura cinematográfica: una construcción en ruinas en medio de un desierto, con puertas que mantienen los marcos y permiten ver la destrucción en la que se encuentra en medio de la nada. Ahora intentemos trasladar esa imagen a sonidos y letras. Tendríamos una aproximación a la sucesión de nueve canciones que componen el trabajo. 

“Ruinas” (que abre el LP), “El abismo”, “Sucesos” y el tema que da nombre al disco son claros exponentes de esto. Las líricas relatan lo inhóspito del desamor en todas las facetas de la vida: las de relaciones amorosas y las de los poderosos que aplastan las subalternidades. Incomprensión, silencios, arrepentimientos y, principalmente, cuestionamientos atraviesan todo el álbum. 

“Tinieblas”, single del disco Las cosas que callamos de Budapest

Ser una banda autogestiva es un logro e incluso un estandarte de la libertad creativa. Asimismo, conlleva varias vicisitudes. Por ejemplo, los tiempos escasos entre trabajos para dedicarle al proyecto, la falta de dinero para financiar todo lo que se tiene en mente. En este sentido, y hablando ya de lo que se viene, Emiliano nos comenta “Ahora estamos encaminados en lanzar el segundo EP que va a tener tres temas nuevos. Y justamente ayer reservamos por medio de un plan de pago el estudio de grabación para el año que viene”.

La actualidad de la agrupación, entonces, los encuentra con la mente en el nuevo material, pero también con la difusión de una Live Session, formato que les calza muy bien tanto a ellos como al público que quiere tener un acercamiento a cómo suenan. Grabada en el estudio Romaphonic, el registro audiovisual consta de tres temas de los cuales uno, “Alondra”, fue elegido para realizar el videoclip oficial. 

La Linterna Web: Tienen una estética muy cuidada en todos sus perfiles y una afinidad por las presentaciones bien hechas. En esto incluimos a las Sessions. Y la pregunta es: ¿cuál es la propuesta que ofrecen a través de ellas? ¿Hay un concepto detrás?

Budapest: Es una idea plasmada en la banda, la de transmitir esa imagen. No la buscamos estrictamente, pero ya se adecua así. En las redes, por ejemplo, estamos muy al pendiente de lo que uno muestra, porque es lo que realmente le llega a la gente. Después en vivo, muchos nos dicen que lo hacemos muy prolijo. Pero también es por los años que llevábamos y porque las prácticas que tenemos son bastante estrictas, si bien las disfrutamos: metemos varias horas por ensayo y trabajamos mucho con el concepto de practicar con metrónomo, cada tema con su velocidad exacta. En el vivo eso se ve reflejado.

LLW: ¿Por qué eligieron el formato Live Sessions?

B: Fue una idea que venía de hace tiempo. Teníamos un videoclip grabado del primer disco y uno por salir del segundo. Entonces pensamos que era algo más íntimo y una oportunidad de mostrar la banda sonando en un formato símil al vivo.

“Alondra” en Live Sessions de Budapest

LLW: Más allá de las referencias obvias del género, ¿cuáles son sus influencias principales?

B: A la hora de definir las influencias musicales, los gustos de cada uno son bastante variados, pero dentro del mismo género gótico. The Sisters of Mercy, Joy Division, The Cure, The Chameleons, Gan of Four, hay miles de bandas viejas; también nuevas, modernas como She Past Away, Molchat Doma, Soviet Soviet. Por ejemplo, al violero le gusta mucho Cocteau Twins.

LLW: ¿En qué se inspiran a la hora de componer las letras?

B: Me encargo yo (Emiliano) de hacerlas. Soy bastante exigente a la hora de componer. Trato de armar maquetas en base a la melodía del tema y de lo que me a mí me transfiere el sonido de lo que componemos en sala. También le presto mucha atención a la sonoridad de las palabras y las metáforas. En cuanto a las influencias, me gusta mucho el estoicismo. También referentes de la literatura romántica: Poe, Lovecraft, Bécquer. O de la filosofía como Nietzsche, Camus. Uno trata de fluir con la música y tratar de meter esas ideas. Más que vender un concepto, utilizar esas ideas que uno consume para expresarse.

En el último tiempo se generó mucha conversación alrededor del post-punk revival a nivel mundial o post-punk post-pandémico a nivel local. Más allá del juego (o trabalenguas) de palabras, lo que se define es un sonido particular hecho por chicos muy jóvenes que la vienen rompiendo en el under vernáculo y que inundan escenarios los fines de semana. Sólo hay que estar con las antenas en alerta para poder captarlas.

LLW: ¿Dónde crees que se ubican dentro de la escena underground?

B: Nos basamos en lo que la gente nos hace llegar. Los comentarios es que somos una de las bandas referentes actuales de post punk, del after punk. También por el tiempo que llevamos tocando. Nos vienen a saludar o a felicitar y nos dan su devolución y es muy lindo. Todo eso uno valora pero no dejamos que quede en un halago, sino que le metemos más esfuerzo a seguir componiendo.

LLW: Esta escena actual, la denominada post-punk post-pandemia, hace convivir muchos artistas talentosos y a la vez muy jóvenes. ¿Qué sensaciones les produce compartir con las nuevas generaciones?

B: Es una sensación muy linda que el género siga vigente y siga evolucionando con las bandas actuales. Siempre estamos tratando de mantener contacto con ellas y ayudándolas a participar de eventos que organizamos nosotros, por ejemplo. Con los años que uno tiene de experiencia sabe lo que cuesta y la idea es dar consejos en lo que puede ayudar. Así que está bueno que la escena se mueva y genere un circuito.

LLW: Imaginamos que tienen vidas y trayectorias distintas. ¿Cómo hacen para comulgar sus gustos, sus intereses en Budapest?

B: Una banda y cualquier proyecto en conjunto donde varias personas se relacionan es una familia aparte. Con tantos años ya nos recontra conocemos y siempre hay diferentes opiniones. Debates y planteos que uno trata de afrontar y de tener un intercambio de ideas para avanzar. Son diez años juntos y en estos años nuestro baterista se fue no hace mucho. Entonces, estuvimos tocando con batería pregrabada, lanzada por computadora, hasta que se sumó Matías. E incluso con él tenemos el formato de batería real más pad electrónico y también un híbrido de pad con algunos accesorios de batería real. Depende de la fecha.

Por ejemplo, a fin de año cuando toquemos con Twin Tribes por un tema de armado y desarmado y de rapidez en el escenario, vamos a tocar con un pad para que sea todo más cómodo. Nos adaptamos.


Esta fecha con la banda estadounidense Twin Tribes, reconocida internacionalmente, los tiene muy entusiasmados. Se dará el día 12 de diciembre en compañía de los históricos Euroshima, en Unione e Benevolenza. Es una gran oportunidad para que nuevos públicos los conozcan. Abajo les dejamos el link para conseguir las entradas.

Escucharlos es habitar un pasaje. Esto es, quedarse suspendidos en la respiración del instante, en ese leve temblor donde comienza a aparecer lo que todavía no tiene nombre y que no se deja clausurar. Las melodías se entreveran hasta volverse inseparables, en un clima emocional suspendido entre lo que duele y lo que todavía insiste en arder. Escucharlos es demorarse en ese punto exacto donde la percepción se abre, como quien cruza una frontera sin estar seguro de haberla dejado atrás.


YouTube: @budapest9450

Spotify: Budapest Post Punk

IG: @budapestpostpunk

Fecha junto a Twin Tribes: Passline – Twin Tribes en Argentina.

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