Una giornata particolare

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Una giornata particolare

Una película de 1977 nos recuerda que el pasado que creíamos enterrado está a la vuelta de la esquina, acechando silenciosamente. Una giornata particolare es la recomendación de Cami de Leete una peli para este jueves.

Por Camila Villalba

@leeteunapeli


Cuando escapar de la rutina se convierte en la única salida frente a un sistema que aplasta, la idea de una nueva vida deja de ser un sueño ingenuo para transformarse en un acto político.
Una giornata particolare (1977) de Ettore Scola no es solo la historia de dos personas solitarias; es una denuncia silenciosa del fascismo que penetra hasta en los rincones más íntimos de lo cotidiano.


Antonietta (Sophia Loren), ama de casa devota al régimen, encarna la obediencia construida, el papel asignado a millones de mujeres bajo un sistema que las reduce a engranajes del hogar y del poder patriarcal. Su rutina es la repetición de una vida impuesta.

Todo cambia el día en que, por azar, se cruza con Gabriele (Marcello Mastroianni), un hombre marginado por no ajustarse al modelo viril y patriótico que exige el fascismo. Él representa la disidencia: la diferencia que el sistema castiga y silencia.


El encuentro entre ambos no es solo una historia íntima: es una grieta. Una mínima rebelión dentro de un contexto en el que incluso pensar distinto era peligroso. Mientras afuera la ciudad
celebra la visita de Hitler, adentro dos personas buscan, apenas por un día, respirar otro aire. Ese contraste —la multitud uniformada frente a dos cuerpos que se reconocen en su
fragilidad— expone con crudeza lo que el fascismo produce: la soledad, el miedo, la obediencia.


La película incomoda porque muestra que el fascismo no es solo una forma de gobierno, sino una forma de vida que se naturaliza. Y esa incomodidad sigue vigente. Hoy, cuando los discursos de odio vuelven a ocupar el espacio público, cuando la derecha avanza disfrazada de sentido común, Una giornata particolare se vuelve urgente. Nos recuerda que el control social no siempre se ejerce con violencia visible: a veces actúa en la rutina, en el mandato de género, en la mirada que excluye.

Antonietta y Gabriele son, en definitiva, símbolos de resistencia. No levantan pancartas ni gritan consignas, pero desafían al sistema al reconocerse como sujetos libres, aunque sea por unas
horas. La película nos confronta con una pregunta que no ha perdido vigencia: ¿cuánto fascismo hay todavía en nuestras casas, en nuestros trabajos, en nuestros vínculos, en nosotros mismos?

“Río porque la vida está hecha de momentos distintos y, de pronto, me dieron ganas de reír. Así, súbitamente, como un estornudo. ¿Nunca le sucede?” (min. 30:47)

Tráiler de Una giornata particolare

PD: ¿Les dijimos que amamos la página on line rusa? Allí la podrán encontrar en su versión subtitulada. Cualquier cosa, nos escriben por nuestras redes y les pasamos los datos.


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